Según la creencia de los griegos, los dioses residían en el Monte Olimpo, pero no se mantenían aislados, sino que participaban en la vida de los mortales. Los griegos
Atribuían a sus dioses fuerza y belleza y juventud imperecedera.
Zeus es el dios supremo, es el señor del Olimpo y gobierna sobre los dioses y los hombres. Cuida del orden y de la justicia. Los hombres lo invocan y le piden bienestar, riqueza y triunfo en la lucha. Su arma es el relámpago, su acompañante es el águila. Su esposa es Hera, la madre de los dioses. Ella protege el matrimonio y la familia. Hijos de Zeus son el dios de la guerra Ares y la diosa Atenea. A ellos se les invoca en el combate. El impetuoso Ares prefiere el combate violento. Atenea representa el valor sensato. Atenea, siendo diosa de la guerra, usa lanza, escudo y armadura. Pero a la vez sabe manejar con maestría el telar, enseña a las mujeres a hilar y tejer y es la protectora de las artes y las industrias. La acompaña la lechuza.

Otros hijos de Zeus son los mellizos Apolo y Artemisa, nacidos en la isla de Delos. Apolo es el dios de la luz, de la poesía y de la música. A su séquito pertenecen las nueve musas que confieren a los hombres el don de las artes y ciencias. A Apolo está consagrado el laurel de cuyas ramas se hace la corona para distinguir al poeta. Apolo es también el dios de la sabiduría y confiere el don de la profecía. En su santuario en Delfos comunicaba, a través de su intermediaria, la pitonisa, sus consejos a quienes lo consultaban. Los griegos recurrían al oráculo de Delfos para todas sus empresas importantes. Para expresar su gratitud hacían generosas donaciones a los sacerdotes. Hasta la fecha las ruinas de Delfos dan testimonio de la importancia del oráculo y del culto de Apolo en Delfos.
La esquiva Artemisa es la diosa de la caza. A su séquito pertenecen las ninfas, divinidades protectoras de los bosques y las fuentes. Afrodita es la diosa del amor y de la belleza. Es casada con Hefaistos, dios del fuego y de los volcanes.
Zeus comparte el dominio del mundo con sus dos hermanos: Hades reina sobre el mundo subterráneo, Poseidón sobre el océano. Hades preside el Orcus, el mundo subterráneo y reino de los muertos. Es un mundo triste donde las almas de los muertos viven como meras sombras, sin alegría y sin esperanza.
Poseidón habita un palacio en el fondo del mar. Su cetro es el tridente. Atraviesa los mares en un coche de oro tirado por cuatro caballos. En señal de sus iras agita las aguas con su tridente. Los navegantes le deben presentar ofrendas y sacrificios para que sus iras se apacigüen y los temporales amainen.
Hermes es el mensajero de los dioses. Lleva alas en los talones que lo conducen velozmente del Olimpo a la Tierra. Protege los caminos y el comercio y acompaña a las almas al Orcus. De la unión de los dioses y las diosas con los mortales nacen los héroes. El más grande entre ellos fue Hércules, hijo de Zeus, quien demostró su valor heroico en los doce trabajos que le impusieron los dioses. Teseo, hijo de Poseidón, logró triunfar sobre el Mino-tauro.
Los dioses se parecían a los hombres, pero eran más poderosos y perfectos que los humanos y eran, ante todo, inmortales. Alimentándose de néctar y ambrosía, se conservaban eternamente jóvenes. Los dioses no eran omnisapientes ni todopoderosos. Por encima de ellos estaba la Moira, el destino inexorable, cuyos designios debían ser cumplidos por dioses y hombres para que el cosmos (orden) no se Convirtiese en caos. Si bien los dioses eran venerados en toda Grecia no había una religión nacional. Cada religión y ciudad tenía su culto local.